La Gira es una invitación para todas las personas a girar sus formas de relacionarse con la tierra y las personas para poder alimentarse de forma justa, saludable y respetuosa. Las formas para hacerlo son múltiples y empiezan con las preguntas: ¿De dónde viene lo que como? ¿A qué forma de vida y relación con la tierra estoy aportando? ¿Qué saberes estoy cuidando y cuales estoy desvalorizando? ¿Qué implicaciones tiene mi consumo para la tierra y las personas?
Con La Gira aprendimos que una forma cotidiana y constante de cuidado y defensa del territorio es colaborar con las cooperativas, grupos y familias que están cultivando de una forma agroecológica y participando en la organización comunitaria y colectiva para sostener sus modos de vida campesina frente a la crisis rural y económica que cada vez más empuja hacia el uso de agroquímicos, los monocultivos o la venta de tierra para emigrar a trabajar en la ciudad.
La respuesta ante un modelo económico tan totalizante es girar sus principios y crear otras reglas del juego en lo local capaces de cuidar lo que nos cuida:
- de competir a colaborar en redes solidarias;
- de una economía que pone el dinero al centro a una que busca el bienestar de las personas y la naturaleza;
- de una economía que se rige por el mercado a una que sigue los acuerdos colectivos entre quienes producen y consumen;
- y de una economía que abstrae y despersonaliza, a una que se basa en nuestra capacidad de empatía, la solidaridad y la confianza en relaciones cercanas.
“Giramos,giramos, giramos
y juntos vamos girando,
Que se acabarán los bosques,
si no nos organizamos.
Giramos, giramos, giramos,
y juntos vamos girando,
Así como gira la tierra,
Nos vamos hermanando.”